La sociedad donde estamos insertos siempre trata de someternos a sus anti valores, cuando deberíamos ser nosotros como Luz y Sal debiéramos marcar sus vidas. Necesitamos de Dios en nuestras vidas, de su Poder y su Amor, para cumplir la gran tarea que se nos encomendó, recordemos que somos los representantes de Cristo...
Así que, somos embajadores en nombre de Cristo, como si Dios rogase por medio de nosotros; os rogamos en nombre de Cristo: Reconciliaos con Dios. 2ª Co 5:20
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